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POSIBLES PRIMEROS HABITANTES DE VILLABUENA

Buscando usos y costumbres dentro de los pobladores que han pasado por la península intentaremos aproximarnos a la raíz de los, posibles, primeros moradores del valle que albergaron en nuestro pueblo y en especial los de la tumba hallada, aún siendo de casualidad y gracias a Enrique Cases Vaquero, estudiante de magisterio en aquellas fechas y no el maestro del pueblo (el señor Cases), como se hace constar en lo publicado sobre el hallazgo. Era hijo del maestro del pueblo Don Luis Cases (ya fallecido) y de la maestra Doña Manuela Vaquero, sin olvidar a Emiliano Feo Seco, que fue el que con su pico y pala descubrió la tumba, pero que si no es el amigo Quique -como cariñosamente lo llamábamos- nada se hubiese sabido. Se hubiesen tirado los escombros, como en otras ocasiones, y la vida hubiese seguido igual en su ignorancia.

Se describen a los íberos como primeros pobladores de la península Ibérica y como un conjunto de tribus indígenas extendidas por el territorio peninsular en la zona del mediterráneo, en especial en las zonas de los grandes ríos que desembocan en este mar. Su división territorial era: una tribu llamada contestano, habitaba en la contestania, región de la hispania tarraconense, cuyo territorio correspondía a las actuales provincias de Alicante, Murcia y parte de Valencia. Otra tribu llamada edetano, que habitaba en la edetania, región de hispania Tarraconense que comprendía al norte actual de la hoy provincia de Valencia, parte de la de Castellón, Teruel y sur de Zaragoza. Una tribu llamada layentano, poblado de la yentania, región de la hispania tarraconense, situada en la costa catalana entre los ríos Tordera y Llobregat. Otra tribu llamada ilergante, que habitaba la parte llana de las actuales provincias de Huesca, Zaragoza y Lérida. La tribu llamada jacetano que habitaba la región de la actual Jaca. Y la tribu tardetano, pueblo heredero de los tartessos que habitaba la turdetania -Urso- (hoy Osuna en Andalucía) con parte de las hoy provincias andaluzas, Murcia y baja Extremadura. Estos últimos tenían su idioma propio, comerciaban el mercado de metal, sus creencias más primitivas se centraban en torno a las adoraciones de elementos naturales, cuevas, manantiales, cerros, valles etc., eran muy guerreros y defensores de sus tribus; llegaron -según algunos escritores- a formar un imperio.

Observamos que estas tribus, aun siendo nómadas vagando por el mundo, llamadas íberos, no ocupan ninguna zona de la península del centro, oeste y norte peninsular. Seguimos buscando aproximaciones a nuestro objetivo y encontramos un pueblo primitivo llamado vetones, pueblo se dice pre-romano, su existencia es anterior a la civilización de los antiguos romanos, sin conocimientos de su cronología fija y más tarde estuvieron situados en parte de la antigua Lusitania, hoy Portugal, y que habitaban en el territorio de las provincias actuales de hoy Zamora, Salamanca, Ávila, Cáceres Badajoz y Toledo, zonas ubicadas entre el sur del río Duero y norte del río Tajo, donde creemos haber encontrado ese vacío que le quedaba por cubrir al pueblo íbero en la península, dentro de la zona que nosotros buscamos; aún quedando sin reconocer algún tipo de poblado en todo el norte peninsular. Esto se acerca más a nuestras creencias, ya que siempre hemos pensado en las cuencas de estos caudalosos ríos, para el asentamiento del hombre. Hemos encontrado otro pueblo -cuyo nombre ya hemos resaltado- que aún nos hace pensar el poder ser la raíz nativa de esta parte peninsular, los tartessos, pueblo que se cita prehistórico de la antigua Iberia con pertenencia o relativo a esta región del sur. Su identidad se conoció allá por el segundo milenio a.C. como el reino tartessio, situado al sur peninsular en el delta y valle del Guadalquivir. Se sabe que este pueblo comerciaba con otros que vinieron de oriente por esa ruta de los metales y que los tartessos ampliaron y se extendieron por el oeste de la península, siguiendo lo que hoy es Extremadura, Portugal y Galicia, hasta las islas Casiterides, del sur de hoy Gran Bretaña. Con lo que fundaron la ruta de los metales en la península Ibérica, y que más tarde usarían los romanos como ruta de la plata. Y según datos recogidos de la biblioteca de la historia en "Pueblos de la antigua España", estos aprovecharon el cauce navegable de los ríos, Guadiana, Guadalquivir y otros para sus intercambios comerciales con la zona centro peninsular. Cabe la posibilidad de que al término de la navegación de estos ríos, comenzaran a seguir el cauce de los mismos, que como sabemos nacen cerca de las hoy provincias manchego-castellanas, no tan distante del nacimiento del río Guareña, ni tan alejado de los afluentes del Guadiana.

Además, se tiene conocimiento de que en la zona habitada por este pueblo en la turdetania, se utilizó antes la escritura tartesia que la íbera. Igualmente hay otras citaciones, en diferentes escritos, donde se hace constar que ya se conocía el hierro en el reino de este pueblo y que los campos de urnas es de cultura tartesa. Otros datos más que nos inducen a pensar en el pueblo citado, como uno de los primeros asentados en estas zonas, cuando leemos cosas como: "las cerámicas surgieron en la meseta enlazando con tradiciones culturales anteriores" o "religiones ancestrales de los íberos heredadas de edades pasadas". ¿Quiénes eran los tartessos?, ¿no serían el resultado de la unificación de esas tribus indígenas del pasado?. Vetones, bastetanos que estos últimos habitaron territorios correspondientes a parte de las hoy provincias, de Granada, Jaen y Almeria.

Estos hechos quedaron confirmados por los hallazgos arqueológicos y epígrafes encontrados en la Biblia o en inscripciones asirias que lo acreditan. Y cuando los fenicios, pueblo colonizador, llegaron a Iberia allá por el año 1.200 a.C., dijeron que el pueblo tartesso disponía de su cultura y sus leyes, cosa que en aquellas fechas había que contar con muchísimos años para organizar, estos preceptos citados por unas autoridades. Todo esto nos induce de nuevo a pensar que los citados íberos no fueron los primeros pobladores de esta parte peninsular y que la entrada del hombre (si es que no es raíz nativa), no fue sólo por el río Ebro; pues debemos pensar que una de las tribus del llamado pueblo ibérico era heredera de este pueblo tartesso y que coincide con la zona de su primer asentamiento. Asentamiento, que según el historiador Benoela Blánquez, aun sigue desconociéndose en que lugar estuvo implaantada su capital o centro principal, y que la cultura tartesia es fruto de una evolución autóctona. Y el escritor F. Buriello, en palabras referidas a este pueblo en el libro "Pueblos de la España antigua", la cultura ibérica encontró diferencias entre la comunidad tartesia, llegando a quedar paralizada. Nosotros nos seguimos preguntando, ¿quiénes eran los tartessios, pueblo que en ocasiones ha pasado como invisible en la historia?.

Hoy se están sacando anotaciones de que este pueblo fue descubierto por la población facea, país de la Grecia antigua, quienes fueron los primeros que llevaron a cabo navegaciones lejanas descubriendo Iberia y a los tartessos. Se ha sugerido que quizá algunos contingentes de Griegos sean de origen tartesso, vetón, lusitano o que tengan algún parentesco racial. Un griego culto basaba esta teoría en la multitud de detalles coincidentes entre la enigmática Atlántida y la historia de estos pueblos. Parece ser cierto que los tartessos formaron un imperio, ya que se movía por tierras de abundancia en plata, oro, metales y cobre. Estos valores los encontraban en la zona hoy conocida como Galicia. Los indicios que se sostienen es que eran un pueblo indígena, aunque los fenicios (los de la pulpa –llamados así por los griegos, por los tejidos que exportaban que eran teñidos con ese tinte-) junto al pueblo teutón (Germánico), se oponían a que tartessos fueran de raíz indígena del lugar, debido a que fenicios y cartagineses le robaron su poder.

El historiador Gómez Moreno comenta que los tartessos aunque se dice que fueron un imperio con una gran mítica ciudad, asegura que habitaban en viviendas modestas, poco más que chozas, pero disfrutando con sus preciosas joyas, asegurando que fueran la continuidad de las herencias magalíticas y argáricas. Sobre los que postulan de destrucción de este imperio por las armas en una guerra, se desprende un tufillo sospechoso, considerándose más una idea de catástrofe entre el mito de la Atlántida.

Después vendrían los celtas, pero todo indica que estos ya fueron un pueblo colonizador que formó la primera tipificación racista y que pobló esa zona norte en la que seguía existiendo vacío ibérico, y que es hasta hoy donde existe más el racismo peninsular, si exceptuamos Portugal, por ser nación independiente. La falta de cronología fija de estos tres pueblos bastetanos, tartessos y vetones, nos siembra la duda si eran de raíz nativa del lugar o procedían de otros continentes. Pero lo que sí se aproxima a nuestra creencia, es que la raíz genética de estos tres pueblos fueron los primeros pobladores del valle del Guareña y cercanías.

Sobre el tema de los primeros pobladores de la península Ibérica, resumimos en términos breves y precisos: hoy ninguna persona de ciencia asegura que los primeros pobladores de la península fueron los íberos, africanos.

Nosotros exponemos nuestras ideas y forma de pensar, pero no nos hemos inventado nada, todo lo que citamos está escrito por los hombres de ciencia, y en los últimos datos orales y los descubrimientos últimos recogidos de información de la televisión y que han sido avalados con el reconocimiento del premio Príncipe de Asturias.

En cuanto a los datos referentes al ajuar de Villabuena del Puente, están reflejados en la obra de la Historia de la Provincia de Zamora, en las páginas de su primer tomo, 21, 25, 29 y 34, con ilustraciones de los objetos hallados, la cuál está editada por la Editorial Prensa Ibérica, con la colaboración de la Junta de Castilla-León y el diario "La Opinión" de Zamora, en el año 1.991, dirigida por Rogelio Pérez Bustamante, coordinada por el ilustre escritor Florián Ferrero Ferrero. También encontramos algún dato al respecto en lo publicado por el no menos ilustre escritor Germán de Libes de Castro, en su obra "El vaso Campaniforme en la meseta norte de España", publicado en Valladolid el año 1.977 y que seguidamente vamos a exponer una parte de dicha obra donde se refiere a la inhumación descubierta en las inmediaciones de Villabuena del Puente:

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