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VISTO DESDE FUERA

Todo esto ya es un sueño del pasado sobre la historia de mi pueblo (mi historia vivida), como pasado fue que la dictadura de Franco iba asentando una actitud que retrocedía a condiciones de vida de atraso en los pueblos, por lo que produce un saldo migratorio que en la década de los sesenta (siglo XX) muchos habitantes de estos lugares tuvimos que emigrar a las provincias vascas, catalanas, Madrid, Valladolid, Asturias... e incluso algunos abandonaron España dirigiéndose a Suiza, Francia, Alemania, etc. Y que quede claro que yo sigo entendiendo que nadie abandona la tierra en la que nació, por frivolidad. A lo menos entonces.

A partir de estas fechas por parte de la administración central, se comienzan a poner en marcha reformas encaminadas a incrementar la productividad agrícola, con una mejora de la calidad de vida. En esta época ya entran en servicio los motores de explosión, con tractores, segadoras, trilladores..., reduciendo el empleo de la fuerza animal, haciendo uso de los tractores en los barbechos, viñedos y tal vez esto repercutió en el éxodo antes citado.

Como ya se ha reseñado los maestros Don Emeterio y Don Alberto fueron de los primeros que se recuerdan como fijos en el pueblo y yo no puedo pasar por alto que fueron mis profesores, pero cierto es, que en contra de mi voluntad. Mi madre me tenia que llevar casi todos los días cogido de la oreja hasta el centro de enseñanza. Confieso claramente que no estaba enganchado a la escuela, y no era por lo que estos nos exigían, ya que con que lleváramos el catecismo, el silabario, la tabla de multiplicar, ellos nos enseñaban a decir los nombres de los reyes godos, los cuales teníamos que aprender de memoria como la tabla de multiplicar, y esto era todo lo que se hacía.

Mi ilusión era la agricultura; y desde muy joven cooperaba en la actividad del corretaje del vino y compra de uvas. En el año 1.948 mi padre convirtió la plaza del Potro en el mercado de la uva de Toro, comprando para unos señores de La Rioja, y Paco Sánchez (el de Palomar) con un camión Ford que había comprado -el primero en el pueblo- transportaba la mercancía. El mismo Paco, a los pocos años compró un autocar que hacía la línea de Villabuena a Zamora, cooperando para que nuestro pueblo se apartara de ese aislamiento de incomunicación y desamparo.

El primer tractor que se pudo ver en Villabuena exhibido por Luis (el de Palomar), se dijo era propiedad de su tío Indalecio; pero recuerdo los primeros tractores propios de mi pueblo, debieron ser un Ebro de Emilio Amigo, un Man de Octavio Aparicio y el Lan “como ninguno pregúntenle a Aco que tiene uno”. Así promocionaban esta marca que tenía Ciriaco Crespo y el diminutivo del nombre del hijo de Ciriaco que era el que manejaba esta máquina, usándolo como reclamo. En esta época debió poseer otro Lan Salustiano Rapado, si mal no recuerdo. Creo que antes de lo citado, habíamos visto una segadora, y que en la era de Victoriano Ledesma “el torero” se trillo la cosecha con unos trillos tirados por un tractor con ruedas de hierro.

Pero la innovación tecnológica en el desarrollo, desgraciadamente, tuvo el pago de un alto precio con la siega de vidas por tractores; fallecieron a costa de estas máquinas: Jacinto González, los hermanos Rafael y Juan Martín, Antonio Calzada y Abelardo Martín (descendiente de Toro), con otras desgracias que no costaron la vida pero si diversos miembros del cuerpo. A parte de estas desgracias, que no dejan de ser “gajes” del oficio o de la vida, cuando hemos ido visitando nuestro pueblo hemos comprobado los grandes adelantos, de lo cual nos congratulamos.

Creo que si el tener que dejar la tierra donde nacimos, colaboró en el bien de los demás ciudadanos de Villabuena, debemos de darnos por satisfechos; al tiempo que olvidamos tantas situaciones como hemos hecho constar, que se pasaron en el pueblo. Estas situaciones aberrantes nos hacen recordar el frío que pasábamos para sacar la poca remolacha con aquellos picos en forma de azada, que botaban en la tierra al estar helada y después con una hoz cortar las hojas del fruto para cargar en los medios de transporte y ver las pobres yuntas que tiraban por el carro con el camino embarrado. Al igual que se hacía cuando debíamos abonar las tierras u otras actividades agrícolas.

No por ello el pueblo ha caído, para mí -ni creo que para nadie- en el olvido, nuestras visitas a la tierra que nos vio nacer, siempre nos sirven de satisfacción al descubrir algunas novedades. Recordamos cuando nos encontramos con esa palabra que parecía exclusiva de las grandes ciudades de fábrica: aunque cierto es que anteriormente ya habíamos oído esta palabra como fábrica de tejas, de aguardientes...., pero como cosa pasajera. En esta ocasión sonaba más fuerte, ya que una familia asentada en el pueblo había montado una embotelladora de bebidas refrescantes “la merced “, que servía y sirve la demanda local de gaseosa, e incluso llegó a experimentar para hacerle competencia al monstruo americano de Coca-Cola, con un producto similar llamado “Zarza-Cola”. En otras ocasiones encontramos un teléfono, instalado por Ramón Amigo y su esposa Carmen Rodríguez; un servicio de farmacia instalado en aquella casa que el Tío Celso utilizó para enseñar a leer y escribir; servicio de ambulancias conseguido por Martín (yerno de Marcelino Hernández), ayudado por personas solventes del pueblo; recogida de basuras por Aurelio Rosillo, con un carro y una borrica. Las fraguas que dejamos donde existía el fuelle y el yunque (que con porras de hierro, llamadas machos, con sus mangos de madera machacábamos las rejas de los arados romanos al son que nos marcaban y cantaban los herreros), hoy son talleres modernos de reparaciones mecánicas dentro de la agricultura, donde no es necesario el esfuerzo bruto del hombre. Se construyeron más establecimientos sociales como bares, salas de fiestas o discotecas, donde la juventud se sentía a gusto sin tener que salir del pueblo para sus diversiones, porque esto lo hacían en el establecimiento llamado Miami de Esteban González. Se han abierto tiendas de comestibles a estilo de supermercado, acabándose con aquellos establecimientos mixtos de ultramarinos, etc.

A la muerte de Franco el día 20 de noviembre de 1.975 se entra en el período de la transición con la proclamación de un régimen constitucional democrático. A partir de estas fechas es propio de los pueblos que han estado muchos siglos sumidos en la ignorancia, esclavitud y la pobreza, que cuando acceden a mejores situaciones sientan auténtica sed de triunfo, que hasta ahora le había sido vedado su alcance. Esto lo aprovechó Villabuena. Desde aquí se reforzó ese amor a la constancia, pues en este pueblo hay hombres y mujeres que se llaman así: lucha y constancia; que con su impulso de voluntad adquirieron el hábito de caminar por esas vías de progreso que ya marcaron aquellos hombres defensores a ultranza, del esfuerzo por sus tierras que con audacia roturaron.

Todo esto surgió al entrarse en otra dinamización de la explotación agrícola, al ampliarse las zonas de regadío, con una explotación ganadera de calidad. Por lo que la calidad de vida ha mejorado sensiblemente, a base de esa maquinaria de tractores, cosechadoras, motores de riego, lluvias expresas de pozos de sondeo y nuevos abonos. Creándose en zonas rústicas y rurales, grandes y espléndidas naves para el ganado, garajes y almacenes de maquinaria agrícola y ganadera. Esto hace no muchos años nadie se lo imaginaba, ni las personas que por nada representativo se tuvieron y hoy forman parte activa de esa sociedad, con una ecuanimidad al juicio justo de la igualdad, hasta en la monta de industrias, como son los transportistas que existen en el lugar, con camiones de gran tonelaje.

Pero yo, convertido en autotrotamundos de la historia, veníamos viendo no solo en nuestro pueblo, si no en otros muchos lugares de España, que la superficie de las fincas agrícolas -con el minifundismo- estaban quedando como harreñales. Y que división tras división, herencia tras herencia, se estaban quedando en unos cuantos metros, donde resultaba imposible la utilización de la moderna maquinaria. Ante este panorama minifundista, los expertos consideraron necesario, jurídica y económicamente, hablarle a los pueblos sobre la concentración parcelaria. Villabuena del Puente, supo escuchar y ha obtenido su premio, tal vez el mejor de su historia, puesto que se han aclarado la situación hasta de las escrituras de muchas fincas que aún hoy no se sabía si existía conexión entre el registro de la propiedad y el catastro.

Nuestro pueblo posee una gran altura de moral al haber superado lo que fue, demostrado lo que es hoy. Pero Villabuena sigue sin tener gente de etiqueta, no existen títulos de gran riqueza, pero con su cualidad moral del trabajo los ha movido a acometer arriesgadas empresas en la agricultura y en la industria. Ha pasado de ser un pueblo en que hace un siglo solo existían colonos, y hoy, al finalizar este siglo, todos han pasado a ser propietarios, sin miedo al peligro. Puesto que su esfuerzo ha logrado que sus tierras sean de su propiedad para desarrollar sus plantas, sus mieses y hasta una buena industria que da unos cuantos puestos de trabajo, como es la maderera constructora “Hermanos Manso” instalada en una de las fincas que procedían de los terratenientes toresanos. Como no menos cierto es que de las fincas de Villabuena se ayuda a mantener otra industria, la azucarera de Toro, que da puestos de trabajo a este pueblo, y aunque la industria está en la ciudad de las leyes, nuestro pueblo es uno de los que más colabora para su existencia, con el cultivo y entrega de remolacha y sus transportes.

A pesar de la emigración en la década de los sesenta y fechas posteriores, los últimos censos nos dan una población bastante estable, siendo la localidad de Zamora -provincia- que se sitúa en la posición quince en habitantes y tal vez una de las primeras en agricultura. Censo del año 1.984: 1.275 habitantes; año 1.992: 1.127 habitantes; año 1996: 1.027 habitantes; y el último que tenemos es de 1.999 con 1.003. Haciendo constar que este descenso de pobladores se debe a la baja tasa de natalidad más que a la emigración. Una estadística del año 1.994 nos da muchas cifras, pero queremos resumir que habitantes son 1.113: 593 hombres y 520 mujeres.

Igualmente es satisfactorio el escudo que se realizó en el año 1.952 (como ya hemos hecho constar y figurar en primera plana) representativo de nuestro pueblo, la figura y estampa que representa nos parece la más acertada imagen que pueda representar perfectamente al lugar. Un puente de piedra sobre el río Guareña aunque no marque los cinco arcos (ojos) con las aguas pasando por dos de ellos con ese color verdoso, da una originalidad perfecta, aún no siendo el puente romano que figura impreso en esta pagina, lo aparenta y consideramos que cuando Madoz dijo que el mejor puente del Guareña era el de Vadillo, se equivocó o desconocía el de la nueva obra de Villabuena.

Pero cierto es que esta imagen, nada nos dice ni representa al casco urbano, que igual que lo anteriormente dicho, nos gustaría ensalzarlo, pero no podemos ni debemos, porque no nos ajustaríamos a la verdad. Y con objetividad se debe interpretar esta realidad absurda, de que un autocar en vísperas del siglo XXI no pueda entrar ni cruzar el casco urbano del pueblo, careciendo de una infraestructura urbanística alarmante, para la circulación viariada y moderna.

No por ello dejamos de defender eso que se le atribuye a nuestro pueblo de ser el de las tres mentiras. Se dice que, ni es villa, ni es buena, ni tiene puente. Villa, sin genero a duda que lo es, desde su conocimiento como lugar poblado, con esa casa solariega llamada Palacio, y como originariamente sucedía con cualquier explotación agrícola como indica su nombre latino (villa: casa rural de campo) y que los godos así siguieron llamando a estos lugares, aún no dándose como villa hasta, tal vez la construcción del marqués de Portocarrero de esa casona citada. Otros lugares tuvieron el privilegio de otorgársele fueros dejándoles el nombre de villa, tal y como se cita en las nueve villas del Guareña con anterioridad, y que con el tiempo se les fueron cambiando (y a lo mejor en realidad en aquellos tiempos no se deseaba, por quienes ahora critican, se la cambiara el nombre de villa) según los casos. Mientras a otras poblaciones, por el contrario, se les otorgaba el título honorífico de villa de privilegios y ayuntamiento.

Lo de buena, ya hemos dado una amplia explicación. A pesar de la estima infamante que desde Toro se le quiso dar con su descrédito a este lugar, los hechos han hablado más alto que las palabras. Honrosamente la honestidad y demostración de aprecio a la clase de personas de mansedumbre con afabilidad a los demás y con la gente común y humilde le demuestra lo de buena, y han llevado siempre consigo ese refrán que dice: “No te alegres del mal del vecino, que el tuyo viene por el camino”. Reconocemos que es un tópico que todos los pueblos están condenados a llevar su sambenito, desde siempre la percepción de la realidad ajena, que simplifican al prójimo hasta el escarnio, siendo esta la frase hecha de la imagen falsa e insospechada. Nosotros nos preguntamos ¿por qué en este sambenito no se reconocen las cualidades efectivas de calidad y propiedad?, con un retrato robot. Como trabajadores infatigables, su generosidad con bravura, gentes con decoro hospitalario, etc.

Hoy, a la vista está, es una población productiva y próspera con disciplina de voluntad inspirando el amor a la belleza de sus vegas, sus viñas, sus valles, todavía con su arbolado. Y entendemos que es muy difícil no amar a un pueblo que trabaja y organiza algo positivo y no reconocerle lo de buena. Y lo del puente, dicho y hecho está, para el que desee visitar esta buena obra. Si nos atuviéramos a las informaciones recientes de los medios de comunicación (televisión, radio, prensa) y postales de profesionales, diríamos que hasta es obra romana, pero nuestro deber ha sido aclarar la omisión, con su escudo.

Consideramos que todos los nacidos en este lugar nos debemos sentir orgullosos de que esta población sea nuestra cuna de nacimiento, porque el que nació en su villa nació en Castilla y no es villano el de la villa, sino el que hace villanías. Al tiempo que reconocemos que en todos los lugares hay personas de buen y mal proceder, con lo que decimos que buen nacido o mal nacido es, donde quiera que se halle. Por ello se dicen los refranes: “Al villano dale el pie y se tomara la mano” y “Cuando el villano está rico, no tiene parientes ni amigos”. Nada de esto puede ser atribuido a Villabuena del Puente, puesto que siempre ha procedido con honradez para no apoderarse de lo ajeno de cualquier manera y sí tener muchos amigos. Pues visto en la historia está, en la que se ha empleado sinceridad y veracidad sin fingimiento. Pues en otros lugares, se dan pareceres excesivos de engrandecimiento de cosas que, aún habiendo existido, hoy no lo son.

Como hemos dicho, al sentirse el pueblo libre, con un régimen constitucional democrático, surgieron y unificaron un número de obras que a lo largo de estos veintitrés años iban entrelazándose unas con otras determinando llegar a lo mejor que puede haber tenido el pueblo dentro de toda su historia: la concentración parcelaria; construida por el ministerio de agricultura en 1.996, finalizando dos años más tarde.

Y hasta de su historia se ha conseguido extraer lícitamente con las obras de estos veintitrés años, aquella gran afición a la pelota de mano, que tan buenos pelotaris y orgullo le dieron al pueblo, con aquel frontón llamado el trinquete, fundado por Don Marcelino “el gallego” y que en la década de los sesenta quedó fuera de servicio. Recientemente, dentro de esa cadena de obras fue construido un nuevo frontón-cancha, con características modernas dimensionales para poder celebrar partidos de pelota a nivel federativo, con lo que se ha vuelto a contar con pelotaris de talla a nivel provincial y regional. Por estas mismas fechas se funda un equipo de fútbol local (el primer entrenador seria Don Ángel Manso, este hombre siempre tuvo ideas renovadoras, daba clases de docencia en las noches y hasta fundó aquel horno de cal en la falda de la peña) que participa en competiciones regionales y que por uno de los componentes de mencionado equipo, se interesaron club como el Zamora C.D.F. en categoría de tercera división, el Real Valladolid, en segunda división y la U.D. Salamanca, en primera división y en todos ellos llegó a jugar, aún siendo en algunos, solo como prueba de entrenamiento. Y parece ser, que en el último de los equipos citados sólo se cortó el posible contrato, como profesional, por causas económicas en la familia del jugador y no por las cualidades. La habilidad de este chaval de sus pies con el balón, da la impresión que no la tuvieron sus padres con la cabeza. Otro gran jugador de ímpetu, lucha y coraje fue Manuel Lorenzo González (Manolo) pero no tuvo la suerte de que estos equipos se fijaran en él.

Otros deportes por estas mismas fechas estaban en pleno auge, como fue el ganar la final del campeonato de calvas (chitos) por el equipo de Villabuena del Puente el día 9 de septiembre de 1.988, por todo ello la Diputación Provincial de Zamora, en la gala del deporte, le concede a nuestro pueblo en reconocimiento a su apoyo a tal actividad con la medalla del Hospital de la Encarnación en el año 1.987. Poseemos documentos que así lo acreditan.

Desde esas fechas se había comenzado por acabar con aquellas calles llenas de lodo en los inviernos y polvorientas en verano. Adjuntamos un articulo de la prensa provincial de la época donde se hacía eco de las mejoras que hasta ahora los pueblos del alfoz de Toro no habían tenido.

Otras muchas mejoras se habían conseguido en estos años, con espíritu competitivo y afán de superación. Pero se demuestra que la libertad tiene un precio, y que hay que tener cualidades y valor para pagarlo; pues el año 1.984 fue un año conflictivo en la localidad, cuando más mejoras estaba recibiendo el pueblo, siendo alcalde Manuel Hernández Muñoz, aparecieron pintadas alusivas hacia su dimisión, con encierro de vecinos en la casa consistorial, simulacros de colocación de bombas, quema de la bandera nacional, manifestaciones y hasta petición del cese del gobernador provincial, teniendo que ser necesaria la protección del alcalde por la guardia civil. Creemos que todo esto fue debido a defender un liderazgo ante casos personales. Prueba evidente de la controversia a todo lo sucedido, fue que en las nuevas elecciones en el año 1.987, el día 10 de julio vuelve a salir elegido de nuevo alcalde Manuel Hernández Muñoz.

En el año 1.986 se da comienzo a la construcción de una nueva casa consistorial, que se inauguraría el día 15 de mayo de 1.987. En esta misma fecha de 1.987 se solicita a través del ministerio de agricultura -presidido por Don Carlos Romero- (natural de Fuentesaúco) la concesión de la construcción de un hogar para los pensionistas o personas de la tercera edad. Hoy se halla finalizada esa obra con la ornamentación de una bonita plaza de servicio humano con bancos para el descanso de los ancianos que acuden al hogar o a disfrutar de la bella obra, de arbolado de zona recreativa capaz de atender la creciente demanda.

En la última distribución territorial se aprueba la autonomía de Castilla y León el día 7 de julio de 1.982; dos años más tarde el 23 de febrero de 1.983 se celebran elecciones para elegir el primer presidente democrático de la comunidad, saliendo elegido Demetrio Madrid (natural de Zamora) que pertenecía al P.S.O.E.

Judicialmente, nuestra provincia y con ello nuestro pueblo, sufrió transformaciones al dividir con la nueva ley de planta y demarcación los partidos judiciales en diciembre de 1.989, quedando sólo cinco: Toro, Zamora, Benavente, Puebla de Sanabria y Villalpando; desapareciendo Alcañices y Fuentesaúco (ya se ha hecho constar), por lo que Villabuena del Puente pasa otra vez a manos de Toro y Fuentesaúco, pasando a ser juzgado de paz como le había pasado a Bermillo de Sayago en el año 1.972.

Como citamos se ha llegado a la obra estrella de Villabuena del Puente, se puede decir que ha quedado por allanar el terreno del pueblo en sus ondulaciones en calles mal trazadas, pero las fincas escarpadas, montes, vaguadas, lomas (tesos), han sido allanadas en todo lo posible, - exceptuando la mítica “peña” mejorando la productividad, el aprovechamiento de los tiempos perdidos con el minifundismo, al hoy poder emplear la más moderna tecnología en maquinaria agrícola, hace olvidarse de aquellas penalidades en los fríos y crepúsculo de inviernos o calurosos veranos cuando nos trasladábamos de retorno o ida por aquellas sendas a la población que antes fuera una simple alquería o majada de pastores, por entonces ya, con esas casas de labranza formando nuestro pueblo y que tan largo se nos hacía caminando detrás de la yunta, en la muerte lenta de la tarde fría.

Hoy eso ha quedado en el olvido, con caminos anchos y amplios para circular con cualquier vehículo de motor y cualquier clase de maquinaria. Aún existiendo ciertas personas anticuadas que piensan que la democracia dominaba un miedo viejo de que la libertad hacía cadenas, de las cadenas, la pobreza y el atraso.

¡Cómo ha cambiado el tiempo, el campo, la gente y hasta la vida en este progreso de la humanidad!, que alegría nos debe de dar el que haya sido acogido como una cosa natural. Los nuevos puentes, del molino y vado de los sevillanos dando una servidumbre de enlace para todas las partes del gran término municipal que en verdad hoy tiene Villabuena del Puente. Solo echamos en falta ese paraíso de arbolados frutales y viñedos, que hace que a veces nos cueste trabajo aceptar el cambio, ya que hasta los zarzales han desaparecido y nos hacen recordar aquellos ratos de ocio cuando chicos y chicas íbamos a recoger su fruto, las moras. Esto hace que hasta los pocos pájaros que quedan en la zona estén tristes, porque en verdad esta zona arbustiva le daba vida; todo esto ha sido sustituido por grandes parcelas de maíz, remolacha, girasol, pero sin el canto de esos pájaros cantores, alondras, canarios, jilgueros, pardillos, etc. y que hasta en el casco urbano ya no existen aquellas bandadas de gorriones pardales, golondrinas y arrecajeles, que cuando se limpiaban las algarrobas tanta ilusión nos hacía escucharles y hasta cazarlos, con los látigos de dirigir las yuntas y algunos de ellos fatigados por el abrasador calor, caían al suelo.

El ayuntamiento de nuestro pueblo debería solicitar un deslinde al organismo correspondiente y esta división territorial debería ser apoyada por todos los pueblos que formaron el alfoz de Toro y que conozcan su historia; porque el patrimonio que hoy tiene ganado Villabuena del Puente, con el sudor de sus gentes, hace la demarcación del municipio de un pueblo, que sus propiedades de terreno están más cerca de Toro, que Toro lo está de Villabuena. Por lo que sería mucho más justo el colocar mojones dándole al César lo que es del César y a Dios lo que es de Dios. Creemos que este sería el destino conveniente. Porque todo cambia, esto también debería cambiar, hay cosas que como tradición y cultura se debe de conservar y respetar, pero lo que no se puede hacer es, como signo de esclavitud, seguir haciendo ir a la moza con el cántaro en la cabeza a buscar agua a la fuente desde el domicilio, ya que hoy es el agua la que va a los domicilios. Y consideramos que todos tenemos algo que perdonar y también que nos perdonen. Entendiendo que no es de razón que esta porción de terreno propiedad de Villabuena del Puente siga sometida a la autoridad de un ayuntamiento o a los interés de un municipio que en el mayor de los casos, nunca fue de su propiedad y como la sociedad actual está más legalizada, igual debe estar la infraestructura rústica y rural.

Sigo con un gran interés general la evolución del lugar donde nací y me ha servido de orgullo ver todas estas cosas que se han hecho en nuestro pueblo, comprobando que las viviendas se han incorporado a las técnicas modernas, ya no existe aquella construcción de tapial y adobe, excepto en la casa en que yo resido en el pueblo, y deseo que esa Casa de Oficios de la Peña hiciera realidad esa infraestructura del área recreativa en la cima de la peña para que acompañada de esa maravillosa red de caminos modernos (que hasta han asfaltado algunos que reducen las distancias entre la capital actual y nuestra población en diez kilómetros y que ahora en vez de cuarenta y seis son treinta y seis los kilómetros que las separan) para que las personas sean atraídas en el relativo frescor de los crepúsculos estivales en medio del fuerte calor, con la vista perdida en la lejanía del horizonte, divisando desde allí ese vértice geodésico de los llanos de balde la casa a 816 metros de altitud cerca de Chaquinote. Y ver más de cerca esas liebres (que hoy no se cazan), perdices, (urracas) pegas, avutardas, paloma, codornices... que quedan y que es una parte de la fauna que embellece estos lugares de la vieja Castilla.

Respecto a la reforma de la infraestructura urbanística, es lo más necesario y urgente que pide el pueblo, para incluso poder cortar ese goteo de emigración campesina con esa mejora de vertebración del territorio, evitando con ello el éxodo de esa enorme riqueza que posee este pueblo, lo cual son sus hombres y mujeres, que son la herencia más valiosa y visible de muchos siglos. Y que muchos de ellos tuvieron que luchar contra la incomprensión de su tiempo, pero dejaron un legado que aún sorprende.

Aunque seguimos considerando que nadie abandona su tierra por frivolidad, hoy no es lo mismo que el ayer pasado. Porque hoy la economía del pueblo puede permitir dejar salir a sus hijos fuera a las universidades nacionales e incluso internacionales, para adquirir ese grado cultural que sus antepasados no pudimos alcanzar. Esto debe depender de las corporaciones municipales y organismos competentes, con la colaboración de la comunidad autónoma, teniendo la responsabilidad de conseguirlo y que con estudio de la creación deben de desarrollar la reforma al nivel que le pertenece a este pueblo. Atendiendo las necesidades materiales de la vida cotidiana y hasta humana, que en este caso, cuyo objetivo es el arreglo y ornato de la localidad, proporcionando felicidad para que esto contribuya a darle a todo ser humano, derecho a la vida con dignidad del gozo, de esos avances técnicos y modernos que afectarían hasta a la salud pública. Recientemente se están viendo logros como la finalización de la actual corporación del embellecimiento en la antigua plaza del Potro, con ese centro social. Pero consideramos que esto solo no vale, igual que se han conseguido esos enormes avances con trascendente progreso técnico en la zona rústica y rural, debe intentarse conseguir una justa infraestructura urbana; pues la democracia y el reconocimiento a la ley de los derechos humanos, son valores únicos y principios válidos sobre los que se puede construir el progreso. El embellecimiento de la plaza del Potro, quedará como un gran acto humano de la corporación actual, presidida por el alcalde Atilano Correas Hernández, sobre el acercamiento a las personas ancianas y sobre todo en clave de homenaje y agradecimiento a ellas, pues como hemos dicho, al menos en el presente siglo que ahora finaliza, muchos de ellos han tenido que sufrir grandes contrastes, contradicciones y la incomprensión de sus tiempos. Somos conscientes y debemos entender que el pueblo se construyó con la aportación de todas las generaciones y nuestros inmediatos antecesores son los que nos han regalado su herencia (a pesar de estar solamente informados por aquellas noticias que les daban desde el espacio informativo NODO, sí es que alguna película veían) su trabajo, sus valores, con sus desvelos. Este momento histórico hay que seguirlo adelante, hasta con visiones diferentes se debe de conseguir cosas como estas. Y hasta conseguir que el vino de la tierra con denominación de origen vuelva a tener el prestigio que tuvo en la época del rey Enrique II. Que ya parecía adivinar llegar a tener un tataranieto que nacería en esta ciudad. La prensa a escala nacional ya está dando sus pasos para sentar su fama, así lo demuestra los artículos que adjuntamos, por no poner muchos más que se están difundiendo, y que nos devolverán zonas arbustivas con las cepas de las viñas donde volverán a cantar aquellos pájaros cantores.

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