LOS ÚLTIMOS TERRITORIOS DE MARQUESADO EN VILLABUENA Y ALGUNAS ESTADÍSTICAS
Hecha esta reflexión y por deducción de nuestros estudios, la mayoría de los terrenos citados de Villabuena pasaron a poder de los Portocarrero y de éstos a la orden de la cruz, y más tarde al Marqués de Villachica, siendo regentados por los hermanos Luis y Manuel de Villachica, descendientes de la provincia de Álava, del pueblo llamado Casasvillachica, de donde les venía el apellido. Estos murieron solteros, pero Don Luis antes de su fallecimiento, reconoció una hija que había tenido con una criada que tenía para su servidumbre en la finca que poseían, llamada Almaraz de la Mota, cerquísima de donde ellos residían, que era en Mota del Marqués, que se llamaba Victoriana y que al ser hija única adquirió todos los derechos de heredad pasando todo el marquesado a poder de Doña Victoriana de Villachica, siendo la últimas propiedades terratenientes talifundistas que se han conocido en Villabuena. Ella tenía su residencia en Madrid con un administrador en la ciudad de Toro llamado Emilio Bedate, y últimamente en el mismo lugar de Villabuena este puesto fue cubierto por Manuel Hernández Muñoz.
Al finalizar el siglo XIX se va incrementando el numero de habitantes en Villabuena, según estadísticas, ya citadas, podemos constatar en el año 1.797 se cita al lugar con 304 habitantes. En el primer censo después de ser abolida la provincia de Toro, que es cuando nuestro pueblo debe obtener la independencia, los datos de esta población son de 115 casas, 93 vecinos y 406 habitantes. Al finalizar el siglo, en el 1.893, en la obra estadística “Guía Sinóptica”, consta con un censo de 265 vecinos y 1.035 habitantes, al tiempo que se hace referencia a la existencia de tres cofradías, la del santísimo sacramento, la de San Antonio de Padua y la de Santa Agueda, con su iglesia parroquial, citando ser un templo regular.
Sobre este estudio hacemos una leve reflexión, que aunque no sabemos explicar y menos aún comprender de antemano, queremos apartarnos de esa tesis de los buenos o malos cristianos, apostólicos y romanos, puesto que tampoco todos los creyentes son creíbles. Pero todos los datos que hemos obtenido de nuestros estudios, referente al clero y la iglesia en Villabuena son de poca valía, e incluso tirando a míseros. ¿Por qué tanta pobreza, siendo esta una zona de riqueza y poder dentro de la Iglesia católica en toda la provincia de Toro y Zamora, a las cuales perteneció el lugar desde siglos?. Hasta en escritos de Peter S. Welles “Granjas, aldeas y ciudades del obispado de Zamora en el reinado de León”, nos dice que el templo o iglesia que conserve sus pendones (estandartes) de los colores verde y grana son unos de los más antiguos de dicha diócesis, y en Villabuena se poseen esos pendones y esos colores. Por ello entendemos, una vez más, la antigüedad de la misma, y que títulos nobiliarios, marquesados e incluso el propio clero, no dejaban crecer a este humilde lugar desde el exterior, sin ser sólo la causa de su detrimento pestes, guerras...
De mucho estudiar, cada libro es un aprendizaje que uno realiza solo y mentalmente a oscuras, pero que abre claros y luces para descubrir lo que uno busca. Debido a ello parece casi seguro que el censo de habitantes que se da en el año 1.893 de Villabuena, no corresponde al casco urbano de la localidad; basándonos de nuevo en escritos de Herminio Ramos Pérez, quien hace constar que cuando a Villabuena se le concede la independencia con su municipio propio, hubo una época en que este lugar tuvo en su ayuntamiento toda la zona del antiguo Valdeguareña, con Palomar, Paradinas y restos del despoblado Timulos. Y de ahí debió de salir ese incremento de población con referencia a los años de su independencia entre 406 habitantes a 1.035 en un período de años, relativamente corto, a pesar de citarse en esas fechas enfermedades que hacían diezmar la población.
Asegura la Enciclopedia Universal que el censo de Villabuena en el año 1.910, era de 491 edificios y 1.395 habitantes, y cita que se compone del lugar de su nombre y de 90 edificios y albergues aislados con 32 habitantes. Captamos que en el censo del 1.920, en este mismo medio, figura el censo de Villabuena con 1.368 habitantes sin referencia de albergues. Lo cual indica claramente que en esta fecha nuestro pueblo ya había dejado de ejercer el poder municipal sobre las otras aldeas, dehesas, albergues o caseríos citados, debiendo pasar éstos de nuevo a la jurisdicción de Toro. Por lo que la información que Pascual Madoz nos da sobre que el término municipal de Villabuena es colindante con Valdefinjas y Villafranca del Duero, podía coincidir plenamente con estas fechas y siendo así, cierto es que tenían que rayar los términos de estas tres poblaciones. Pues en fechas no muy lejanas se habían dejado sentir efectos de movilidad a finales y comienzos de los siglos XVIII y XIX, puesto que se le ceden cantidades de varas castellana de tierras al lugar de Villabuena.
Otro cotejo o comparación de esta Enciclopedia Universal está en el pueblo limítrofe al nuestro, Bóveda, en su término municipal, en ninguna de las estadísticas cita albergue alguno y es que históricamente no existe la posibilidad de que nunca los haya tenido, excepto el monte del Pego durante un período cortísimo. Siguiendo en este estudio fijando la atención en la ciudad de Toro y su municipio, comprobamos que en mencionadas décadas, el término pierde un municipio llamado Villalazan que pasa al de Zamora y Toro sigue figurando -aproximadamente- con los mismos albergues y habitantes de igualdad en las dos décadas; esto es una demostración de que al perder Villalazan, esta suplencia la debe hacer con los albergues y habitantes de Valdeguareña (Villabuena). En lo que ponemos intuición en la idea, es que en la década 1.910 a 1.920 debió de ser cuando se le demarcó el último y actual término municipal a Villabuena, con la misma línea de aquellas cuatro leguas que marcara Alfonso VII y que dista un kilómetro del centro del lugar de nuestro pueblo, y a poco más de esa distancia han existido albergues en el término municipal de Toro hasta hace poquísimas fechas, como casa el maragatin, casa Medina, casa Don Paco, casa Farruñas, casa el feo, casa Fratiqueras... donde esos labradores de la ciudad, pasaban las semanas de lunes a sábado, haciendo las labores del campo con sus yuntas acompañados por obreros y criados de Villabuena. No eran habitados muchos de estos albergues pero algunos sí; Palomar y Paradinas tenían sus pobladores.
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