ESTUDIO PARA OBTENER LA DILUCIDAD A LA EXPLICACIÓN PROPUESTA
Siguiendo el camino marcado de la evolución de la tierra con el estudio cosmogónico (ciencia concretada al desarrollo de las cosas terrestres y que nos describe la transformación del universo), y según teorías de grandes científicos, nos dicen que hace unos 15.000 millones de años una bóveda celeste explotó formando las galaxias de nebulosas, constituyendo un gran espacio estelar en el cielo azul y diáfano, en el cuál se mueven en forma de constelaciones, a las cuales se le han dado nombres sacados de la mitología, aunque le ha sido imposible - hasta hoy - determinar exactamente el estado de la materia y de energías primitivas.
Puede ser que hoy todavía se admite como más asequible el estudio de la geología, ya que con esta ciencia se han obtenido muchos resultados en enigmas que se consideraban difíciles de resolver.
Los científicos estiman la evolución en tres fases: Estelar (estudio de las estrellas), Planetaria (estudio conjunto de los planetas) y Geológica (con el que se continúa en nuestros días y que nosotros seguimos para mejor aclaración). Y la estructura exterior e interior de la tierra, que como hemos citado, más hallazgos no descubiertos o ignorados nos ha dado.
Estelar: según la hipótesis de Hoyle, la tierra se desprende de la nebulosa solar o de una estrella supergigante, hace unos 5.000 ó 6.000 millones de años. Durante esta fase, que se calcula de muchos miles de siglos, la tierra pudo haber dado nacimiento a su único satélite, la luna, o bien haberlo capturado.
Planetaria: en esta fase se forma el estado calorífero, que es el que alcanza un cuerpo al emitir luz propia y termina con la intervención directa de los fenómenos geológicos; hará unos 4.500 millones de años. En la duración de esta fase, que se calcula en muchos millones de siglos, comienzan a producirse fenómenos orogénicos, volcánicos y la creación de cadenas montañosas.
Geológica: esta fase empieza con la acción de las fuerzas internas, profundizan las materias entre océanos, siguiendo su constante e interrumpida evolución hacia un estado de equilibrio final de la aparición, sobre el signo de vida en la tierra, posiblemente hace unos 4.000 ó 3.500 millones de años.
Estos contextos alusivos aparentemente nada tienen que ver con el origen de mi pueblo, pero sí en la formación del mundo en el cual vivimos, y los descubrimientos arqueológicos sobre civilizaciones perdidas, ya que la nueva arqueología está aportando, con enorme interés, derivados de los textos escritos sobre yacimientos; así como los cambios climatológicos que se han venido sucediendo en todo el planeta a través de las eras, han determinado la configuración de los continentes, en los cuales existe ese valle, con su río Guareña y el pueblo de Villabuena del Puente. Considerando de sumo interés ese punto fijo y fecha determinada de sucesos que nos marcan estas eras.
Desde los 570 a los 250 millones de años, abarca el contenido de la Era Primaria donde existen numerosos acontecimientos, pero se considera el principal la aparición de la pangea, nombre que reciben los continentes. Hay científicos que aseguran que en este período de millones de años hubo dos pangeas y que la última fue la que unió definitivamente todos los continentes. Si bien es cierto que en determinados escritos se hace constar, que este período comprende el tiempo más largo y desconocido de la historia, y se supone que dentro de estas fechas se desarrollaron muchos fenómenos físicos de todo tipo orográfico, como fue el orógeno.
Este término designó las cadenas de montaña de colisión que se forman cuando chocan dos continentes cuya respuesta es elevarse produciendo esa cadena de montañas. El más típico ejemplo de un orógeno de colisión sería el Himalaya. Hay otra clase de orógenos en las montañas marinas sumergidas, el clásico ejemplo de esto serían los Andes, formados sobre la capa del océano Pacifico.
En esta etapa de la Era Primaria no existían los gases químicos, ni se sabía de las partículas, ni de la acción que ejercen en la tierra, por lo que se cree era un clima de helio sin oxígeno, pero a partir de esta etapa se descubren las glaciaciones e interglaciaciones.
Hacia unos 560 millones de años, se descubre la glaciación eocámbrica que dio lugar a una transgresión que favoreció una mejora del clima, y hasta 460 millones años, el clima reinante se supone fue similar al actual o quizá algo más cálido, dando lugar a las primeras formas de vida, comprobándose la existencia de los primeros animales con concha y una gran diversificación de la fauna marina con los primeros animales de tipo zoológico y vegetación.
Parece que hay fundamentos para pensar que desde que existe la tierra como tal, las glaciaciones han sido frecuentes aunque espaciadas por intervalos de tiempo indefinido. Unos 510 millones de años, se debió producir una glaciación que sólo afectó al hemisferio sur, produciéndose numerosos arrecifes. Igualmente durante el período de los 438 a 408 millones años, se produjo otra glaciación afectando a diversas zonas y en especial al norte de África, y se cree que los cascotes de hielo polar llegaron a ser de unos seis u ocho millones de kilómetros cuadrados.
Pasada esta glaciación de una duración de 30.000 años, comienza una sustitución del clima donde aparecen las plantas terrestres, los primeros insectos y algunos de los peces con patas y pulmón. Ya a finales de este período, también aparecen peces con mandíbulas y aletas, lo que provoca la invasión de las aguas continentales.
Dentro del período comprendido entre los 360 a los 290 millones año, se produce un enfriamiento general, que da lugar a una gran glaciación de al menos 100.000 años de duración, formándose los grandes depósitos de carbón de Europa y norte de América al quedar ambos continentes sumergidos por los océanos. En este período, llamado carbonífero, coincide la aparición de los primeros anfibios (ya verdaderos animales) sapos, ranas, salamandras, renacuajos con cola..., cuya respiración era por bronquios. Y a finales del citado período aparece confirmada la respiración traqueal, plantas que pueden vivir fuera y dentro del agua, insectos con alas..., lo que da lugar a la invasión continental. En este mismo período aparece y es reconocido el desarrollo del huevo con lo que se permite a los reptiles colonizar los continentes, a la vez que en las plantas aparece la reproducción por polen y semillas, conjuntándose estos vegetales en los medios secos de los continentes.
Desde 290 a 250 millones de años, se le denomina como período pérmico, en el que cambia la existencia de una capa de tierra más moderna que la del período carbonífero, siendo la primera transformación de la Era Primaria, con ello comienza a ser el clima más benigno produciéndose los mayores depósitos de sales, que dan lugar a los fenómenos volcánicos de apertura en la corteza terrestre, al tiempo que aparecen los últimos trilobites (antropólogo marino). En esta Era Primaria, posiblemente fue la formación de la pangea I, la que dio lugar a que se formara el mayor océano conocido hasta ahora, produciéndose unas enormes diferencias climáticas entre las costas de este supercontinente: la costa este (extremadamente cálida) y la oeste (extremadamente fría).
Abarca la Era Secundaria desde los 250 a los 66 millones de años. Como las otras Eras, comprende varios períodos, pero globalmente en esta se producen grandes explosiones de las especies marinas. Probablemente esto fue debido a la creación de nuevos habitantes, tanto en medios oceánicos como en continentales y algunos grupos de reptiles desarrollaron capacidad de carrera, gracias a sus nuevas caderas. En éste mundo animal se produce un crecimiento explosivo en los insectos, y a finales de esta era se marcará el fin de numerosas especies de todos los reinos hasta entonces presentes.
La Era Secundaria comprende entre los 250 y 205 millones de años, el período llamado triásico, donde aparece la cadena de los dinosaurios, que es la primera cintura pélvica que permite una carrera veloz. En la segunda parte de este período, aparecen mamíferos y pterosarios (animales con cinco dedos y membrana con alas para volar).
Unos 195 a 135 millones de años, con el período jurásico, el mar se retira de gran parte de América quedando sumergida e invade las tierras de Europa hasta el punto de quedar este continente convertido en un archipiélago, volviendo a emerger lentamente al final del período con un clima tropical.
Se cierra la Era Secundaria con el período de cretación entre 135 a 66 millones de años, donde sucedieron multitud de hechos. Aparecen las primeras plantas con flor propia, se genera en tan solo 30 millones de años el 60% de todas las reservas de petróleo conocidas hasta hoy, se produce la mayor transgresión marina de la historia con un conjunto del 40% de la superficie total de los continentes hundidos, sumergidos bajo el mar, aparecen los primeros primates -antropoides animales- parecidos al hombre, como el mono sin rabo, del que se ha dicho que descendía la raza humana, aunque difiere bastante al ser éste muy inferior a su posible descendiente. Se completa la apertura del océano Atlántico y por ultimo, como ya se ha anunciado, al fin de esta era se produce la extinción de los dinosaurios y otras varias especies a causa de un meteorito (por abultamiento del vientre a efecto de los gases encerrados en el fragmento de material interplanetario consumido a su paso por la atmósfera).
La Era Terciaria se extiende de 66 a 2 millones de años y comienza con el período llamado paleógeno, hasta 23.700 millones de años. Como consecuencia en el período de la Era Secundaria de la desaparición de los dinosaurios, se produce la gran expansión de los mamíferos, se observan las primeras corrientes de fondo cerca de la Antártida y a continuación aparecen los primeros glaciares permanentes en la Antártida oriental. Se produce la apertura del mar Rojo con la separación definitiva entre Sudamérica y la Antártida. El clima en este período es tropical y subtropical para ir paulatinamente enfriándose y desembocar en la glaciación en la que hoy en día nos encontramos inmersos.
En este lejano pasado de 65 a 60 millones años la parte sur del río Duero, fue cubierta por unas arenas transportadas por las corrientes de los ríos y los vientos, rellenando con una capa de tierra arenisca de las montañas, todo el valle de la cuenca del centro Duero. Reinando ese clima húmedo tropical y cálido, bien distinto del actual, que hizo diferenciar la parte norte y sur del río. La zona norte se convirtió en tierra de pan, mientras la zona sur fue zona de vino y pinares con abundancia de lagunas, tierras ciénagas, chaparrales, que pudieron dar la formación del río Guareña y su Valle.
En el período mioceno de 23.700 a 5 ó 3 millones de años, aproximadamente, la Antártida queda definitivamente aislada del resto de los continentes al desaparecer las dos puntas que hasta ahora le unían con Australia, al tiempo que se va extremando la zona climática en la tierra. En el hemisferio norte se forman los casquetes polares dentro de la Antártida por lo que aparecen las primeras corrientes de fondo en el Atlántico norte, produciéndose un enfriamiento y el mar Mediterráneo llegó a desecarse completamente debido a que el arco de Gibraltar se cerró por el desnivel del mar, posteriormente el arco cedió y se volvió a llenar de agua. Esto sucedía hacia la mitad del período citado y es cuando en Alaska los glaciales con la influencia de la Antártida occidental se desarrollan los casquetes, hasta unos 10 millones de años.
En otros continentes (como África) a finales de esta Era aparece el homínido, ser parecido al hombre con el cerebro muy desarrollado y gran inteligencia, del que actualmente solo existe la especie humana, familia de los primates y homosexual. Dentro del período 5.300 a 2 millones de años, aparece el primer homo habis, que se supone culmina en la formación de la especie humana.
En la Era Cuaternaria, que se extiende desde 2 millones años hasta la actualidad, hizo su aparición el hombre, animal racional, y bajo esta acepción se comprende todo el género humano. Entre los 800.000 años a.C. hasta la actualidad,. han tenido lugar tres períodos glaciales: el primero duró unos 100.000 años, el segundo unos 30.000 y el tercero comenzó hace unos 20.000 años y duró unos 10.000 años.
Los escritos con síntesis de coordinación de palabras, expresando conceptos de los cuales se deriva que lo lógico era que a comienzos del presente siglo se seguía pensando que los continentes que había sobre la tierra eran algo fijo e inamovible, avalados por supersticiones y truculencias; pero con los estudios del meteorólogo alemán Wergener, que explica que los continentes se desplazan y cambian de forma a lo largo de la historia, cosa que se ha podido constatar en infinidad de ocasiones en los últimos períodos de la historia, sin escandalizarse el mundo, como sucedía en tiempos pasados. Hoy ya no existen tales creencias, aunque sigan existiendo personas que duden que esto sea probable y en especial los más amaestrados en nuestro estado eclesiástico.
Los continentes dentro de los cuerpos llamados planetas tienen sus desplazamientos y movimientos en la tierra, definido así por los científicos astrónomos; hoy se puede decir que este planeta en el cual habitamos tiene doce movimientos, la mayoría de ellos muy complejos, pero existentes. Los más importantes son rotación, traslación y balanceo. Este ultimo, según el científico y escritor Sebastián Frontrodona Boada y el meteorólogo Manuel Toharia -españoles ambos- se define como “variación constante sobre el plano de la órbita (V.P.O), apoyando la teoría de que es uno de los movimientos que más catástrofes ocasiona, con otros muchos más de tipo candente, de masas en el interior de la tierra y que los volcanes y terremotos son consecuencia de estos movimientos.
El fijar el rumbo de los movimientos citados debe tener mucho que ver la fusión de los hielos glaciales, parece que debido a ellos la variación de los días tiene 16 milésimas de segundo, cada siglo. Al igual que la rotación del sol alrededor del centro galáctico con una velocidad angular de 0,5 milésimas de segundo, cada siglo. Todos estos movimientos guardan relación con las mareas, galernas, reflujos y oleajes en la superficie de los océanos, mares que ejercen la influencia del sol y la luna sobre la tierra. Y hoy podemos decir, que el planeta Marte, además de los movimientos de traslación y rotación, da vueltas sobre sí mismo, ya que así lo han detectado las sondas astronáuticas llegadas hasta aquellas regiones.
Desde que se estableció, allá por el año 1.700 de nuestra Era la ley de la gravitación universal o centro de gravedad de la tierra, anunciada por Isaac Newton salvando las restricciones que se imponían por parte del férreo control de la Iglesia y su religión, este salió adelante dando y estableciendo la distancia que hay entre planetas, y que hoy, aún nos sigue sirviendo.
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