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UNA MIRADA A LA REALIDAD CON UN VISTAZO A LA HISTORIA ÁRABE

Seguimos la historia de estos pobladores, que después de tres siglos en nuestra península, creemos que nos pueden facilitar información sobre el lugar de nuestro pueblo. Los partidarios de Witiza, en su descontento, hicieron una llamada de apoyo al pueblo árabe habitante de la península de Arabia, que fanatizados por Mahoma dominaban Asia Menor y todo el norte de África. Vino en su ayuda a la península Ibérica, el pueblo hispano-romano, dirigido por el rey Don Rodrigo se enfrentaron a ellos para cortar su entrada, pero en Guadalete en la batalla de la jamba, fueron vencidos por los árabes berbericos y sarracenos.

Después de esto el pueblo hispano-romano creía que estos sólo habían venido en defensa de los visigodos, pero pronto se comprobó que su intención era apoderarse del territorio Ibérico, cruzando el río Duero hasta llegar a un terreno poco propicio para ellos, como era el norte, siguiendo la famosa ruta de la plata entre Sevilla y Gijón, lo cual fue facilitado por la coincidencia de la guerra civil entre hispano-romanos y visigodos, éstos le facilitaban la entrada en las grandes ciudades y además con el beneplácito del pueblo judío.

La entrada de los árabes fue en el año 711, en los montes astur-cántabros en el año 718, surgió un espíritu de resistencia con Pelayo (Balay) capitaneando a un grupo de hombres, haciéndole frente a los de Tarik y Muza, comenzando la reconquista de hispania; la cual tuvo grandes repercusiones en esta zona del Duero y como es lógico, en el valle del Guareña, donde los moros sarracenos se apropiaron de las tierras despojando a sus ascendientes y le arrebataron las propiedades de sus villas o latifundios; pues a lo que en aquellas fechas se le llamaba villas no eran más que un germen de población de caserío, compuesto de algunas viviendas para el poblador principal y su servidumbre.

Debemos de distinguir que los romanos conquistaron la península para su imperio y nos dejaron -como hemos hecho constar- una herencia valiosísima, pero los árabes la ocuparon y la invadieron. Y sin duda la actitud y valor del árabe fue el aglutinante más importante en la formación del hoy pueblo español, que hasta la expresión de júbilo y satisfacción de olé u ole (con acento o sin acento), nos quedó de ellos derribado del nombre dios mahometano Alá.

Después de la muerte de Pelayo y otros sucesos (que entendemos no debemos mencionar, puesto que sería amplísimo recordar todo el proceso de la reconquista sobre los ocho siglos que los árabes estuvieron en Hispania) nos centramos sobre como fue esta zona de nuevo, camino de encrucijadas, muy castigada con luchas de los distintos pueblos y razas. Y sin duda en el valle del Guareña en su desembocadura con el Duero y alrededores se formaría la línea de fuego, llamada Frontera del Duero.

El primer rey del estado cristiano que hizo retroceder a los árabes hasta las zonas del Duero fue Alfonso I, que saliendo de Asturias en el año 738 y aprovechando los problemas internos de sublevación de beréberes y sarracenos con los auténticos árabes por distribución de tierras y por el hambre debido a una gran sequía en la zona, que muchas familias beréberes tuvieron que abandonar estas zonas limítrofes al valle, quedando el lugar semidesierto. Aparentando ser tierra de nadie, o como se a descrito desierto del Duero, con lo que el rey avanzó por las llanuras leonesas de tierra de campos haciendo retroceder a los escasos moros, hasta las riberas del río padre. Alfonso I, aplicando viejos principios jurídicos tradicionales de origen romano, todas las tierras abandonadas (y lo eran casi toda la meseta) pasan a ser propiedad del rey, convirtiéndose en el propietario universal. Así se formaron los territorios de implantación del feudalismo, aunque esto parece haber existido desde siempre y más potenciado en la Edad Media por Carlomagno. Prueba evidente es que en la época de Viriato ya existía concentración de riqueza en manos de la aristocracia indígena. El rey más tarde hace cesión de algunas porciones del realengo en favor de los magnetes, infanzones y entidades eclesiásticas, resumiendo: a sus servidores; por lo que fueron los reyes los primeros en pagar sus servicios con tierras porque no disponían de oro ni plata. Así se pobló la meseta castellana del norte del Duero y el río con su ribera, se convertiría en esa frontera entre moros y cristianos, durante bastante duración. Pasando los años sin otra subordinación en la zona que, la debida al monarca que era el soberano de todo el territorio, si exceptuamos una batalla en el año 784 que tuvo que dar Abderraman I para recuperar algo de lo perdido.

Como resultado a todo lo citado, parece eminente según antecedentes, que la congregación musulmana, fue y existió en toda la ribera del sur del Duero durante algunos siglos; donde hoy en la actualidad se pueden buscar muchos topónimos de origen árabe, incluido el nombre del Guareña (río) y Guareña (ciudad) dentro de esas ciénagas cuencas del Tajo y el citado Guareña, con muchas edificaciones de iglesias mozárabes. Pero en este valle, como se puede venir observando, los altivos señoríos de castillos de la llanura castellana no han existido, por lo que volvemos a deducir que estas tierras de Valdeguareña no son del todo castellanas.

Pasaron varios reinados cristianos que no llegaron hasta el Duero. En el año 795 lo hizo Alfonso II enfrentándose a las tropas de Abdelkerin apoyado de nuevo por Abderraman I, volviendo a ganar los árabes y se dice que más tarde Bernardo del Carpio tuvo que intervenir para doblegar de nuevo a los moros.

Siguiendo la transformación continua del valle con las luchas adicionales en el año 810, Alkaman -jefe árabe- volvió a conquistar la zona del Duero y 53 años más tarde el Rey Ordoño I volvió a atacar esta zona siendo contrarrestado con su ataque por Mohamez.

Sería Alfonso III el que, en el año 876, se enfrentó al príncipe Al-Munedhir consiguiendo un gran triunfo, y en el año 892 formaría la frontera del Duero reforzando Zamora, Tordesillas, Simancas y más tarde Toro, donde tiempos más a tras se formaría la primera provincia en Hispania dentro del reino cristiano, que sería la provincia de Toro con sus tres distritos: Carrión de los Condes, Reinosa y la ciudad de Toro, la cuál sería denominada como primer distrito y señorío, capital de provincia, lindando con la diócesis de León que había recomendó a su hijo García, en el año 897, la refundición de esta ciudad, como casco urbano y fortaleza militar. Se comprende que buscando lo más efectivo para el momento comenzó la construcción con muralla de cal y canto en el alto de la llanada en la montaña.

En el verano del año 901, el jefe musulmán Alkarman con un poderoso ejército vadearon el río y atacaron las ciudades de la frontera, donde se llagaron a formar alianzas que pacificaron algo la zona. Pero como el reino cristiano seguía basando su economía en la guerra y el botín, como herencia de la humanidad, sabemos que en el año 939 tuvo lugar una batalla en las cercanías de la ciudad de Toro contra los musulmanes, desconociéndose exactamente si sucedió al lado norte o al lado sur del Duero.

Con el rey Ramiro II en el poder, en el año 944 Abderraman III con su ejército cruzaron el Duero por entre Toro y Tordesillas y las fuerzas cristianas huyeron, pero pocas fechas más atrás, el rey Ramiro II atacó a los musulmanes siguiéndoles por la parte sur del río y se entiende que por parte de la zona del valle del Guareña, conquistando Salamanca, Ledesma, Peñausende, etc. y parece que al año siguiente Abdallah el coraixio -jefe árabe-, volvió a atacar la zona lo que hizo que las orillas del Duero de la zona sur se convirtieran en un desierto; pues otra vez más las gentes huían de estas zonas desbastadas alternativamente por sarracenos y cristianos yéndose arruinando todas las villas, aldeas y ciudades.

¿Qué pasó en estas tierras del sur del río, cuando las fronteras del Duero se rompieron hasta el Tajo?. Los campos de Valdeguareña poblados en pequeñas alquerías con pequeñas parcelas de tierras rurales (con algunas viviendas, casas tipo zahurdas) cultivadas por hombres libres que en su mayoría carecían de medios para cultivar campos grandes, y que ellos tal vez, habían ocupado en su día por encontrarlas abandonadas. Pero encontrándose con el freno de que la tecnología disponible no les permitía aprovechar los densos bosques, ni drenar ni cultivar las pesadas tierras del valle fluvial. Estos problemas prácticos a los que se enfrentaban en aquel periodo de inseguridad les hicieron dar un cambio rápido para poder construir la base de entrada en el desarrollo, y paulatinamente aparecieron los grandes señoríos, que les dieron la opción de la agricultura y del arado con reja y vertedera que en este primer siglo del segundo milenio, a través de la influencia francesa, se había introducido en nuestra península. De este modo el poder señorial (como se verá) se estableció sobre generaciones sucesivas de hombres libres, formándose el contacto de instituciones señoriales concedidas a las ciudades y sus nobles. Aprovechándose la jerarquía urbana eclesiástica en la que hasta entraban mozárabes que ocupaban altos cargos en organizaciones militares y religiosas, tales como hospitalarios, familias nobles, señores eclesiásticos, obispos, etc., etc. y el elemento primordial fue la presura para apropiarse de estos terrenos abandonados por gallegos, asturianos y en su mayoría leoneses, llamados hombres libres.

Fue tanto el despoblamiento, llegándose al caso de que los reyes asturianos tuvieran que repoblar hasta con mozárabes. Y años más tarde los reyes castellanos leones, como Alfonso VII hasta concedió un fuero a los mozárabes al que le dió forma de alta nobleza ejerciendo puestos en la caballería villana.

Estas escenas se sucedían constantemente, pero tal vez, la época más desbastadora de la reconquista fue la de Almánzor, pero no menos cierto es que tuvo efecto dentro de toda la geografía peninsular. Desde siempre, como se puede ir comprobando, esta zona ha sido una constante depresión, hervidero y manantial de incidentes, acentuado aún más por estar cerca a ese punto de encrucijada de esos caminos, dentro del valle del Duero, como ruta de los metales, ruta de la plata, ruta de camino real, cañadas, límites de fronteras entre reinados, condados, etc. Pues la etapa del gran Almánzor vino precedida de muchos acontecimientos anteriores que serían innumerables de citar. Pero si queremos hacer constar que desde la monarquía del rey Alfonso IV se desvincula el condado de portucalense del reino, en el año 925 cuando pasó a poder de su hijo Ramiro, así mismo en el mismo año se separa Galicia del reino, pasando a poder del otro hijo Sancho y en el año 951 se forma el condado de Castilla gobernado por condes, lo que dió la opción a formaciones de fronteras (otra vez triángulo del Guareña) con enfrentamientos continuos entre cristianos, y el moro Almánzor supo aprovechar la desunión de estos pueblos, y de ello derivó en que el condado de Castilla en el año 1.038 se independizara como reinado y portucalense en el año 1.143 tomara su independencia como nación.

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